El día 14 de febrero, la profesora María Eugenia Tovar nos dejó ir
a un concierto de música clásica que se presentó en la Sala Nezahualcóyotl.
El concierto fue en honor de un autor ruso de música clásica
llamado Sergei Rachmaninov, que fue interpretado por Philipp Kopachevski en el piano, y dirigido por el afamado
director artístico Jan Lathman-Koening.
El concierto comenzó con el “Concierto para piano y orquesta No. 2
en do menor”, una melodía clásica que al principio me aburrió, pero, conforme
pasaban los minutos me interesó la forma en la que el joven pianista tocó tan prodigiosamente
el piano, acompañado de los violines.
La parte que más me gustó fue “Sinfonía No. 5”, porque colocaron
luces en el fondo de la sala. La orquesta tocó maravillosamente cada
instrumento, y de ellos el que más me gustó fue el arpa y el violín. En el
programa que nos proporcionaron a la entrada del concierto, decía que un color
representaba alguna característica del ser humano; el color que más me fascinó
fue el púrpura, que representa la voluntad del Espíritu Creador.
Opinión:
Me gustó mucho este concierto porque nunca había escuchado con
tanta atención una sinfonía completa, de la cual disfruté mucho la forma en que
el pianista tocaba las melodías, con una delicadeza sin igual, y se notó que
disfrutaba de hacerlo.
BIEN
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